
En psicología la ansiedad es un trastorno que provoca una respuesta fisiológica a situaciones irracionales de peligro. Se puede exteriorizar de diferentes formas, lo cual define el tipo de ansiedad, como veremos a continuación. Por ello es conveniente hablar con un psicólogo experto en Granada a la hora de tratar la ansiedad, ya que ayudará a saber qué tipo nos está afectando. Además, un diagnóstico temprano aportará soluciones más eficaces.
Trastorno de Ansiedad Generalizada
¿Sientes inquietud, fatiga y angustia permanente? ¿Estás preocupado constantemente por casi todos los acontecimientos de la vida?
El trastorno de ansiedad generalizada se caracteriza por un patrón de preocupaciones excesivas, acompañadas de inquietud, tensión, irritabilidad y angustia permanentes. Estas preocupaciones pueden estar focalizadas en un tema concreto, en varios, o por casi todos los acontecimientos de la vida. La persona teme que pueda ocurrir algo terrible aunque las posibilidades reales de que ello ocurra sean muy bajas.
El individuo lleva sufriendo estos síntomas desde varios meses (desde unos 6 meses en adelante) y se siente incapaz de poder manejarlos.
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Ansiedad Social
¿Tienes miedo a exponerte a los demás? ¿Crees que puedes parecer nervioso, ridículo y/o temes la valoración de otros?
La fobia o ansiedad social consiste en un miedo irracional y exagerado que se vive en situaciones sociales. La persona teme parecer humillante o nervioso por lo que evita constantemente esas situaciones. Otra característica es que presenta ansiedad anticipatoria; es decir, siente ansiedad con el solo hecho de pensar en esas situaciones.
Trastorno de Pánico
Si de manera inesperada sientes terror, con sensaciones corporales como taquicardias, ahogo, miedo a morir y no hay ninguna situación externa que lo origine, posiblemente estés padeciendo un trastorno de pánico.
El trastorno de pánico se caracteriza por la aparición de ataques de ansiedad (también llamados crisis de angustia o ataques de pánico). En ellos la persona experimenta una sensación de terror muy intensa, acompañada de síntomas físicos como mareos, taquicardias, hormigueo, náuseas, dificultar para respirar o tragar y en los casos más agudos, sensación de muerte inminente.
Los ataques de pánico pueden ocurrir en cualquier momento y lugar aunque reaparece con más probabilidad en las situaciones en las que ya se sufrió uno, por lo que la persona acaba por evitar esa situación ante la posibilidad de que le ocurra. Así es como el que lo sufre acaba por dejar de hacer actividades cotidianas y necesarias. Esto puede llevarle a un estado de ánimo depresivo ante la imposibilidad de controlar su propio cuerpo y emociones.
Trastorno de Estrés Postraumático
¿Has vivido o presenciado un acontecimiento traumático que te produjo horror y en la actualidad tienes recuerdos persistentes y/o sensación de revivirlo?
El trastorno de estrés postraumático es una reacción severa emocional que va asociada a un trauma psicológico que no se ha podido elaborar adecuadamente. Entre los síntomas más comunes se encuentran la re-experimentación del acontecimiento a través de imágenes y pensamientos, percepciones, sueños recurrentes, alucinaciones o flashbacks. La persona sufre un gran malestar al exponerse a estímulos que están relacionados con el suceso. A ello se le acompaña de una gran activación corporal como taquicardias, falta de aire, mareos, etc. Como mecanismo de defensa se produce una evitación persistente a los estímulos que están asociados al trauma como los pensamientos, lugares o personas que le recuerden el acontecimiento, llegando incluso a producirse amnesia. Se produce una reducción del interés y la participación de las actividades cotidianas, una gran sensación de desapego hacia los demás y aparecen síntomas de persistentes de activación como nerviosismo, insomnio, irritabilidad, falta de concentración y un estado de alerta continua, entre otros.