
El informe Cisneros X sobre “Acoso y violencia Escolar en España” reveló que un 23.4% de los alumnos matriculados entre segundo de primaria y primero de bachillerato eran víctimas de bullying. Otro estudio estadístico realizado a escolares de 32 países, avalado por la Organización Mundial de la Salud, reveló que un 24.8% de los niños españoles entre los 11 y los 18 años sufría acoso escolar.
Como podemos comprobar las cifras son muy parecidas y mucho más altas de lo que podríamos pensar. Observemos que casi uno de cada cuatro niños está padeciendo acoso escolar.
Definamos, ¿Qué es el bulliyng? Y que no lo es.
El bullying o acoso escolar es una conducta agresiva que ejercen determinados chicos o chicas hacia otro compañero escolar con el fin de incomodarlo, humillarlo o agredirlo físicamente, de forma intencionada o reiterada, y que se lleva de forma constante durante un período mínimo de cuatro meses.
¿Qué no lo es? No se consideran bulliyng las peleas, discusiones, pequeñas provocaciones o malas relaciones que pueden darse entre compañeros de estudios, de forma puntual u ocasional.
Características del acosador: el acosador se encuentra en una situación de poder respecto a la víctima (mayor edad, mayor estatura, más amigos…). Tiene falta de empatía para ponerse en el lugar del otro y ser sensible a lo que le está haciendo sufrir. Les gusta hacer siempre su voluntad y probar la sensación de poder. Tienen tendencia a la crueldad, impulsividad, poco autocontrol y dotes de liderazgo. Argumentan su agresión diciendo que la víctima los ha provocado.
Las víctimas suelen ser personas que disponen de pocos recursos para reaccionar: poco sociables, solitarios, sensibles y que son percibidas por los demás como frágiles, física o psicológicamente.
Distintos tipos de bullying:
- Verbal: Se lanzan insultos hacia la víctima: motes, bromas, rumores, comentarios racistas, homófobos o hacia cualquier característica física que los haga sentir humillados (por ejemplo, alta o baja estatura, alto o bajo peso, gafas, aparatos dentales, ropa diferente o simplemente ser nuevos en la escuela).
- Social: El niño o joven es aislado del grupo de amigos o de los eventos que comparten (fiestas, partidos, cumpleaños…) y se le amenaza mediante cartas, llamadas o emails.
- Físico: Agresión directa a la persona o a sus pertenencias. Suelen ser encerrados, golpeados, abofeteados o pisoteados.
- Ciberbullying: En estos casos, el acoso se extiende hasta internet. Se caracteriza por el envío de materiales que dañan la imagen del adolescente. En estos casos el acosador suele ganarse la confianza de la víctima para que le dé información o imágenes que después usará para extorsionarlo. Este acoso es agotador para la víctima, ya que está disponible las 24 horas del día, y sabe que aunque no esté conectada, otras personas pueden acceder a los contenidos que se han publicado sobre él.
Síntomas que produce el acoso escolar en la víctima:
Los padres deberán de estar alerta si su hijo pasa por estas situaciones:
- Rechaza ir al colegio: Si es pequeño suelen inventar enfermedades. Si es mayor suelen hacer novillos, de hecho el 15 de los que faltan al colegio es por bulling.
- Tiene golpes o arañazos: El niño suele ocultar como se los hizo por la extorsión a la que es sometido. Probablemente te dirá que no recuerda cómo se los hizo o inventará una caída. No lo presiones pero mira a ver si su historia es congruente y estate alerta, puede que no quiera quitarse la ropa delante de ti para que no veas sus lesiones.
- Le falta material escolar o está dañado: Será bueno supervisar el material escolar de vez en cuando para ver si hay algo anormal.
- Te pide más dinero de la cuenta: Seguramente lo están extorsionado y tiene que llevarles dinero o comprar cosas que les ha tenido que dar.
- Disminuye su rendimiento académico: Le cuesta trabajo concentrarse a la hora de estudiar y prestar atención a los profesores.
- Abandona actividades y amigos que le gustaban: Puede que tema encontrarse con los acosadores si sale a la calle o puede que no quiera ver a sus amigos por la vergüenza que siente.
- Aparecen problemas somáticos: diarreas, estreñimientos, dolores de cabeza, náuseas, vómitos, tics nerviosos, falta de sueño, pesadillas, cambios en el apetito… Se suelen agudizar el domingo por la tarde-noche, antes dela jornada escolar del lunes.
- Cambios en el estado de ánimo
Las consecuencias del bullying pueden ser:
- Fracaso escolar.
- Fobia a ir al colegio.
- Inseguridad.
- Altos niveles de ansiedad.
- Depresión.
- En los casos más extremos puede llegar al suicidio.
De las personas que han sufrido bullying, un 53,6 % padecen síntomas de estrés postraumático, es decir, rememoran continuamente los hechos, tanto despiertos como dormidos.
La gran mayoría de los niños o jóvenes que sufren acoso escolar tardan bastante tiempo en decirlo, o no lo dicen nunca, con las consecuencias que ello pueda tener sobre la víctima. Esto se debe al propio proceso de acoso. Por una parte están siendo extorsionados, humillados, golpeados si llega el caso, y amenazados con que si lo dicen será mucho peor para ellos. Por otra, la víctima se encuentra indefensa, la han hecho pequeñita, ruin, invisible y totalmente vulnerable. Con esta imagen de sí misma y sin ganas de luchar poco puede hacer para salir de esta situación.
Los padres deberemos de estar alerta e ir sumando señales, ofrecerles un clima de confianza en el que puedan hablar. Si el niño se abre y cuenta la verdad, los padres deberán mantener la calma, apoyarle y hacerle saber que la culpa no es suya.
El paso siguiente es ponerse en contacto con el colegio, que pondrá en marcha el protocolo previsto para estos casos. En el caso de que el colegio se niegue a actuar, se podrá denunciar el acoso en cualquier comisaría de policía ante un inspector de educación.
Llegado este caso el niño o joven necesitará tratamiento psicológico para superar esta traumática situación.
¿En qué consiste el tratamiento psicológico para una persona que ha sufrido acoso escolar?
Lo prioritario será trabajar el estado emocional del niño para mejorarlo, ya que se encontrará en un estado ansioso depresivo. Habrá, también, que trabajar para mejorar su autoestima y autoconcepto, a la vez que ir fomentando en él una serie de habilidades sociales como: gestionar conflictos, resolver problemas y aprender actitudes asertivas. Los niños que han sufrido bullying a menudo asumen el rol de víctima, desarrollando actitudes que confirman ese papel. Tendremos que fomentar una actitud resiliente, es decir, la capacidad para recuperarse de la adversidad y seguir proyectando su futuro, para que pueda relacionarse de una manera satisfatoria.
Este será un trabajo que se hará tanto con el niño, como con sus padres, dándoles estrategias para que puedan manejar y superar la situación de acoso y las secuelas psicológicas derivadas de la misma.
Puedes consultar nuestro anterior artículo aquí.